domingo, 1 de septiembre de 2019

La armada Argentina luchó contra un OSNI - Los Submarinos De Frondezi.

Buques de la Armada Argentina en 1960, detectaron la presencia de uno o varios submarinos intrusos en aguas del Golfo Nuevo, en Patagonia. Fueron denominados OSNI (acrónimo de Objeto Sumergible No Identificado), debido a que nunca se mantuvo contacto con ellos, las dimensiones gigantes así como su velocidad la imposibilidad de hundirlo y como desaparecieron.

 La prensa llamó a este episodio Los submarinos de Frondizi.

 

 

Precedentes.

Ya en febrero de 1957, se había producido un episodio de alarma en la armada argentina: detectaron lo que parecía ser un submarino de origen desconocido en el Atlántico, al cual trataron por cinco días de rastrear e identificar sin éxito.
En mayo de 1958 el presidente en una conferencia de prensa, informó de la detección de un submarino no identificado en la zona del Golfo Nuevo (Chubut), el cual estaba siendo perseguido y atacado por la marina argentina.
 el submarino intruso no podía haber elegido peor sitio: se trataba del lugar donde, la armada se hallaba realizando maniobras. Fue  atacado por la marina y la aviación naval. Los informes preliminares daban cuenta incluso de que habría sido  averiado, pero no se hallaron restos que así lo acreditaran.
En octubre de 1959, en el mismo sitio. Con los mismos resultados: el sumergible eludió prolijamente los esfuerzos conjuntos de la marina y la aviación argentinas.
Pero fue en 1960 cuando sucedió lo que la prensa llamó "la batalla del Golfo Nuevo".

La batalla del Golfo Nuevo.


El 30 de enero de 1960, algunas unidades de la armada argentina que se hallaban en el golfo distinguieron un submarino que, viéndose detectado, se sumergió de inmediato.
El alto mando dio la alerta y puso en juego absolutamente todo lo que tenía en la zona. Los rastreos de sonar detectaron la presencia de dos sumergibles que desarrollaban velocidades muy poco comunes.
Se ordenó el ataque por parte de la aviación, que utilizó hidroaviones para bombardear a los intrusos. Tras días de sucesivos ataques, se constató que uno de los submarinos había escapado y el otro seguramente había sido averiado, pues se vio obligado a salir a la superficie en la noche, siendo avistado y atacado por artillería de buques.
La armada argentina trató de evitar por todos los medios que el otro ganara también el océano. En una operación sin precedentes, los buques "Cervantes", "King" y "Muratore" procedieron a minar por completo los 16 kilómetros de ancho de la boca de salida del Golfo Nuevo.

Bloqueada la salida, se había movilizado  tropas terrestres a lo largo de las costas del Golfo Nuevo, para imposibilitar un desembarco de la tripulación enemiga. Por la noche se disparaban bengalas sobre las aguas, al tiempo que varios reflectores trasladados especialmente a la zona, barrían la superficie en busca de ubicar al submarino fantasma.



¡Hundirlo!


Los días pasaban y el 11 de febrero fue dada la orden presidencial de ataque total. Con la participación de 40 aviones y 13 buques de guerra se intentó por todos los medios la destrucción del submarino. Todas las rutas comerciales fueron desviadas de la zona y las actividades de pesca fueron prohibidas por tiempo indeterminado.
El día 13 de febrero se sumó a la fuerza de ataque un equipo especial de lucha antisubmarina, enviado por EE.UU. y pertrechado con cargas de profundidad y boyas de localización de última generación.




El 14 de febrero, los asombrados operadores de sonar argentinos detectaron la presencia de dos naves submarinas  de tamaño mucho más grande que cualquier sumergible que conocieran. Maniobraban a alta velocidad alrededor de la flota argentina, en intento aparente de ayudar al intruso a romper el cerco. La respuesta de la armada argentina fue sumar varias naves más a la operación, incluyendo al portaaviones "Independencia".

En  la madrugada del 21 detectado el submarino, le dispararon un torpedo que se acercó peligrosamente a su blanco y....luego falló. Dos torpedos más corrieron igual destino, seguidos de una serie que se lanzó desde aviones y, pese a ser guiados por sonar, no dieron en el blanco.
El día 22, corrieron rumores de que un submarino había emergido brevemente en el golfo, dejando una mancha de aceite tras de sí. De ser cierto, significaba que el intruso estaba averiado.
En vista de ello, comenzaron a lanzarse cargas de profundidad cada diez minutos, para destruirlo, al tiempo que se buscaba impedir que los buzos del submarino efectuaran reparaciones.

Pero los días pasaron sin más novedades y el "barrido" de la zona por el sonar ya no arrojó señal alguna.
El 25 de febrero se dio por concluida la operación, que había sumado la mayor concentración aeronaval argentina hasta entonces.
 

¿Qué eran?

En principio, se pensó en submarinos de "una potencia extranjera" (Unión Soviética ). Pero más allá negativas del gobierno de la URSS, lo cierto es que nunca hubo indicios reales de tal cosa.
Un marino español sugirió una hipótesis: Se trataba de un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial, de aquellos que llegaron a las costas argentinas tras la derrota nazi. Desembarcados sus pasajeros y carga clandestina, habría sido hundido por su tripulación y sus restos fueron detectados por la armada argentina quince años después, provocando toda la confusión subsiguiente.
Ninguna de las hipótesis formuladas explica cómo había escapado a la destrucción o la captura en un golfo con la salida minada y tras tres semanas de vigilancia y nutrido ataque.
Esta pregunta se la formularon también los ufólogos varios años después. La respuesta posible hace pensar en tecnologías muy lejos de nuestras posibilidades.


  Si quieres ampliar la información te recomendamos este podcast, escúchalo aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario